La primavera es una de las estaciones más agradables del año: su temperatura suave, el color de los campos, los largos atardeceres. Nada mejor que disfrutar estos días en medio de la naturaleza, y mejor aún cuando hay algo que celebrar.
Este fin de semana, tras unos días de nervios y de mirar el tiempo continuamente, tuvimos suerte y pudimos celebrar una preciosa boda en una finca privada en Carrascalejo, en la cacereña comarca de La Jara.
Los novios querían celebrar en la intimidad de un lugar conocido y familiar su enlace. En Catering La Gran Familia somos especialistas en eventos de catering externo con la máxima garantía en cuanto a productos ofrecidos y en profesionalidad del servicio.
Así, nos embarcamos en esta aventura e instalamos todo lo necesario para celebrar una boda rústica, de principio a fin.
En un marco incomparable instalamos sillas blancas plegables y todo lo necesario para celebrar una ceremonia en plena comunión con la naturaleza.
Junto a este espacio, separado con unos bajos muros de piedra, instalamos varias mesas altas para servir el cóctel. Y un poco más allá, junto a la fachada principal, instalamos las mesas de banquete nupcial. La pareja eligió una mantelería clásica y vistosa, de las que nunca pasan de moda: faldón blanco y mantel estampado en tonos rosas. Bajo los platos, colocamos salvamanteles individuales rústicos en beige y decoración floral silvestre.
Después de una lluviosa semana por fin lucía el sol, ¡y en todo su esplendor! Por eso instalamos también varias sombrillas de diseño actual que ayudaron a los árboles de la finca a dar un poco de sombra en los ratos en los que más pudiera molestar.
Sin duda, fue un día muy especial en una boda íntima, sencilla e inolvidable.